Hace un tiempo fui a comprar un lubricante, pero el precio me lo impedía. Salí con las manos vacías y pensando qué podía hacer. Mi situación económica no era buena y había otras prioridades.
Sentirse mal no era una opción, había que resolver y pensé… ¿por qué no fabricar mi lubricante? 🤔
A pocos días de éste hecho ya tenía la primera fórmula. Luego de un tiempo y 20 intentos salí a probar la N°21. Cuando volví, sabía que lo había logrado, pero todavía faltaba la prueba de fuego.
Ese fin de semana se corría el Rally de Santa Rosa y ahí fui, una carrera en donde había más de diez cruces de agua. Al finalizarla, me invadió la emoción al bajarme de la bici… Estaba feliz con el rendimiento del producto.
Mis amigos empezaron a pedirlo y todos estaban fascinados. Empecé a darme cuenta que era una oportunidad laboral. Acá empezó todo. Tenía que darle un nombre. Si bien ya teníamos la base, el N°21 y el color amarillo (elegido por mi hijo).
Pensar en la marca era pensar que representaba a las personas más importantes, mis hijos Santiago e Irina y Soledad mi compañera de vida que estuvo en todo momento apoyando, motivando y trabajando a mi lado. De ahí surgió SIS. Día a día mis padres colaboraban también en la producción.
Luego se sumaron más actividades, como etiquetados, envasados, publicidad, empezar a comercializarlo. Iniciamos en la zona (Almafuerte y alrededores) y luego nos animamos a viajar y recorrer la provincia. El crecimiento fue exponencial, el boca a boca fundamental, la cantidad de amigos que me tendieron una mano fue muy importante.
Tuve la suerte de conocer a grandes corredores que me dieron desinteresadamente un enorme apoyo y también de contar con los mejores distribuidores.
Hoy por hoy, SIS es mi trabajo. Un emprendimiento familiar, su significado y sus principios, entre los cuales destacan la familia y amistad.
Estoy eternamente agradecido a cada uno de los que me apoyaron y a ustedes por elegirnos una vez más. Gracias por acompañarnos en este camino!
Seba